Diego González (26, administrador público) tuvo varios hitos en su conexión con la población migrante. Nos cuenta que uno de los que más lo marcó fue su vinculación con Cleef, niño migrante haitiano, y su familia. Diego decidió construir el Proyecto Amar Migrar (PAM), que apoya en diferentes áreas de desarrollo a la niñez en Chile, desde la educación a la salud mental.
Santiago de Chile - Cleef, un niño de nacionalidad haitiana, fue la primera persona que le abrió más ampliamente las puertas de su casa a Diego González, para que le pueda enseñar -matemáticas, lengua-, y a la vez dándole a Diego la oportunidad de aprender “mucho” de él, y de poder expandir a través de sus padres y de boca en boca el proyecto Amar Migrar.
“La confianza y el espacio generado por esta familia haitiana quedó marcado en el corazón del proyecto”, dijo Diego.
El Proyecto Amar Migrar (PAM) ayuda en diferentes áreas a niños, niñas y adolescentes, tanto de nacionalidad chilena como de otras nacionalidades, personas migrantes. Busca así aportar en la disminución de la desigualdad social y educacional en la sociedad chilena, generando beneficios que apuntan a diferentes áreas en el desarrollo de las infancias, como tutorías educativas, apoyo en salud mental y en finanzas.
Una organización que ya ha tenido más de 100 personas voluntarias colaborando, que ha apoyado a 100 familias de forma directa, y llegado a más de 300 personas de forma indirecta.
Diego tiene 26 años y es administrador público de profesión. En la actualidad le dedica tiempo completo al proyecto. Antes de conocer al niño Cleef y a su familia, Diego había tenido otro hito en su vinculación con la migración y las personas migrantes al iniciar un voluntariado como profesor de español para población haitiana en un centro del Servicio Evangélico Migrante. Diego fue profesor allí todos los sábados durante tres años.
Ya ha pasado a ser un protagonista importante de la comunidad de acogida de las personas migrantes en Chile. Él, como tantas otras personas, está convencido del potencial de las personas migrantes cuando están plenamente integrados a su sociedad de recibimiento, impulsando positivamente el desarrollo.
Como un tercer hito que se puede mencionar en vinculación a la temática migratoria, Diego también realizó su práctica profesional para recibirse en la oficina del migrante de la Municipalidad de Maipú, lo que le dio la experiencia concreta con los trámites administrativos que se necesitan.
Al egresar de la Universidad en 2021 decidió dedicarse de lleno al proyecto. Así es como en ese año inicia, primero de manera autónoma principalmente, a intervenir en contextos vulnerables de la Comuna de Maipú de Santiago, vinculándose principalmente con la niñez migrante de campamento. Brindaba entonces tutorías, en principio en base a las necesidades que las propias personas le presentaban.
Las redes sociales ayudaron para la publicidad y la llegada de las primeras personas voluntarias. Así de a poco se fueron armando los equipos de trabajo de Amar Migrar: trabajo social, tutorías, salud mental, diseño, comunicación, apoyo financiero.
Más allá de los tres hitos mencionados anteriormente en la vida de Diego, él dice que la temática migratoria siempre fue algo que captó su atención, y la capacidad y lo enriquecedor de conocer a personas de otras culturas y orígenes. Y se interesó mucho más cuando se dio cuenta que “uno podía hacer una organización que fuera o funcionara como sociedad de acogida. En términos concretos, entendía y empatizaba con la historia de personas migrantes que estaban, por ejemplo, migrando de manera forzada. Empatizada también a la vez con las personas que migraban por un sueño específico”.
Las personas con las que más trabajan en la actualidad son de nacionalidad venezolana, haitiana, colombiana, boliviana, y también chilena.
“El trabajo con la comunidad se hace de forma integral -cuenta Diego sobre el modo de trabajo-. Se trata de intervenir en aspectos sociales, jurídicos y de educación. Este último es nuestro fuerte como organización porque estamos constantemente haciendo actividades en terreno, vinculándolos con las comunidades, identificando sus necesidades. Siendo también intermediarios con gobiernos locales, organizaciones internacionales y otras instituciones”.
“Somos una fuente de apoyo para que este proceso de inserción hacia la sociedad chilena de las personas migrantes sea mucho más fácil de concretarse”.
Diego, ¿qué Postal Migrante elegirías? ¿A quién se la enviarías? ¿Qué le dirías?
Visitamos algunas ciudades de América del Sur para conocer más sobre las historias de personas migrantes y de la comunidad de acogida en sus propias palabras. Personas como tú y yo, en conversaciones con la OIM, desde sus lugares cotidianos.
Toda historia puede tener puntos comunes y extraordinarios a la vez.
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